domingo, 21 de agosto de 2011

Las famosas favelas

Los que me conocéis sabéis que no me gustan los besos, ni los abrazos, ni los niños, ni que la gente se cuelgue de mí… todo el mundo lejos xP Sin embargo, los niños de las favelas a las que hemos ido y de las que estoy haciendo el reportaje están muy muy faltos de cariño y no me importó ni un poco que 20 de ellos tratasen de hacerme una “trencinha” en el pelo al mismo tiempo. El momento de llegar y que todos vengan a abrazarte es imposible de explicar con palabras. Llegas y te cogen de la mano, te dan besos, todos quieren sentarse a tu lado, te hacen mil preguntas, juegan contigo… la verdad es que yo me siento muy bien pasando el día allí. Nunca me había sentido tan útil.


La asociación a la que he ido se encarga de mantener a los niños ocupados cuando no están en la escuela para que no pasen el tiempo libre en la calle. Les hacen actividades y juegos con los que aprenden que los hombres no pueden pegar a las mujeres… que la droga es mala… que la violencia no es la solución de los problemas… En definitiva, intentan enseñarles que muchas cosas que ven en su día a día no están bien. El proyecto es una muy buena idea, pero el Estado da muy poco dinero y necesitan a más gente. Si alguien ha pensado alguna vez en donar dinero para algo como esto, que no se queden en las conocidas de Ronaldo and company; esta asociación, al igual que muchas otras que no son conocidas, necesitan donaciones también.




Tienen 3 centros con dos turnos de 60 niños cada uno: los de la mañana y los de la tarde. Está mal decirlo, pero yo tengo centro favorito y niños favoritos también, aunque lo cierto es que son todos adorables. No son como los niños mimados y consentidos de España que se cogen una pataleta si no le compras los gusanitos en el parque. Éstos son muy especiales. Nunca me habían dado tantos besos, y hacía tiempo que no disfrutaba tanto. Me siento muy querida allí.


Lo más gracioso fue el momento en el que entré en uno de los centros detrás de mi amiga holandesa Eva, y dice un niño gritando: “Eva ha traído a su hija!” jajaja! Todos nos preguntaban si éramos hermanas porque les parecemos iguales por ser rubias, y flipan cuando les digo que tengo 19 años porque aquí las niñas de 13 ya me duplican en cuerpo xD


La verdad es que ir a allí me está haciendo ver la vida de una manera diferente. Estas favelas están en frente del Centro Empresarial de Sao Paulo, y es muy chocante ver que a un lado de la calle hay personas saliendo de traje de sus oficinas y al otro un mar de chabolas con gente que no tiene nada. Hay una imagen desde uno de los centros me impactó mucho: está adentrándote mucho en las favelas y subiendo unas cuestas tremendas, y desde allí puedes ver un mar de favelas y a lo lejos los rascacielos característicos de mi querido Sao Paulo. Es alucinante. Por supuesto allí no saqué la cámara, pero algún día sacaré una foto para que podáis verlo. Es alucinante.


Algo que comentábamos Celia y yo es que hay mucho prejuicio hacia las favelas. No sé si es que hemos visto la parte “bonita”, pero la gente allí es genial y cuando acabe de hacer el reportaje me pasaré por allí a ayudar. Ya me he encariñado.


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