Por fin hemos ido al barrio de Liberdade, el barrio japonés. La verdad es que yo ya me lo había tomado como algo personal y tenía que ir ya. Llevamos casi cuatro meses en São Paulo y las discotecas y las fiestas las conocemos todas, pero el turismo lo vamos dejando… y el tiempo pasa y no hemos pisado ni un museo.
São Paulo es el lugar con más japoneses después de Japón, y algo muy interesante es que aquí han construido un barrio con estructuras japonesas, las farolas típicas de allí… vamos, que como decía Luis “te sientes en Japón, aunque nunca lo hayas pisado” jaja! Por supuesto, hay muchos sitios para comprar y comer sushi, algo que encanta en São Paulo. Los mejores restaurantes son los de comida japonesa, y en cualquier evento que se precie tienes sushi en la mesa.
La verdad es que hoy al ser festivo nos hemos encontrado con todo cerrado y creo que no hemos visto el verdadero encanto del barrio. Siempre nos pasa lo mismo: nos proponemos hacer turismo cuando no tenemos clase, pero algo que pasa en Brasil es que los días festivos no hay nadie por ningún lado. Es algo que me llama mucho la atención, porque con la cantidad de gente que hay en São Paulo no entiendo cómo pueden estar las calles tan tan tan vacías y todo cerrado. Ni siquiera ves gente en las terrazas de los sitios tomándose algo. Da la impresión de que estás en una ciudad fantasma, y hoy fue uno de esos días. Aún así, nos gustó Liberdade, y como está en el centro fuimos andando hasta Sé y nos sacamos la foto con la catedral, algo que también llevo meses empeñada en hacer.
A mí me encanta la catedral, pero siempre la vemos con tensión y no sacamos la cámara ni nada por lo peligrosa que es la zona. Sin embrago, es al primer sitio al que llevaría a cualquier persona que venga a visitar la ciudad, porque es preciosa.
Nos ha sentado bien el día de turismo.
Conociendo São Paulo
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