Entre edificios y edificios, hemos encontrado este lugar que nos ha recordado a las típicas placitas de España que tanto echamos de menos aquí. São Paulo no invita a pasear ni a quedarte sentado en un banco viendo pasar a la gente. Para empezar, ni siquiera hay bancos en las aceras. Bueno, tampoco hay aceras en las que te apetezca detenerte…
El caso es que no es un sitio destacado para turistas en nuestras guías de viajes, pero sí un lugar muy importante para São Paulo, y para Brasil en general. Este edificio se construyó en el lugar en el que se proclamó la independencia, y ahora es un museo conocido como Museo do Ipiranga.
Este sí que es un museo que recomiendo, porque está lleno de curiosidades de cómo ha ido creciendo São Paulo, y muestra fotografías y detalles de los pocos años de historia que tiene este país. Cuesta creer que São Paulo no haya sido siempre un montón de rascacielos apiñotados.
Además, el edificio en sí es precioso, y los jardines son muy agradables para pasear.
Como era de esperar, los skaters se han adueñado de la única superficie lisa y libre de baches de la ciudad, formando parte de una estampa que nos ha parecido muy “italiana”.
Welcome to São Paulo
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